08 agosto 2006

THE DANCE OF PROSPECTIVE LOVERS

Es increíble la programación de Cosmopolitan TV. Mejor dicho, lo bizarro de su programación debe ser directamente proporcional a la psicopatología congénita femenina. La otra noche, más increíblemente aún, me topé con algo bueno. Un estudio antropológico sobre los ritos de apareamiento -algo que no sería extraño ver en Animal Planet- pero del Homo Sapiens Sapiens... Es decir: ¡Nuestro! Con el mismo detalle que los zoologos que se esconden en los matorrales africanos vestidos color caqui para observar a las marmotas, estos psicólogos se escondían en bares, disfrazados de seres humanos y tomaban notas. No pararon hasta haber encontrado el patrón detrás de las conquistas (exitosas y fracasadas) en esos sórdidos lugares oscuros y llenos de humo a los que vamos para divertirnos. El informe estaba tan bueno que me aventuré en pata a través del piso helado de la madrugada, desde la cama hasta el living en busca de algo para anotar. He aquí una transcripción de lo experimentado. Paso 1 Suele comenzar con una hembra en busca de acción. Esta suele empezar a mirar a su alrededor. A esta mirada se la llama "Mírenme" o "I´m open for action". Paso 2 Ella hace contacto visual con un macho. Al mirarse mutuamente se expresan la atracción mutua (valga la redundancia). Una cosa que el macho debe evitar, ya que tiene fines catastróficos, es mirar a la hembra de arriba a abajo, de punta a punta. Paso 3 La hembra empieza a gesticular para que el macho se acerque. Entre los gestos e encuentran los siguientes: miradas furtivas, excesivo arreglarse el pelo, excesivo arreglarse la ropa, gestos bruscos, exageración de la actitud "¡Qué bien que la estoy pasando!". Si el macho no la mira periódicamente, la hembra va a salir a buscar a otro macho. Está comprabodo y documentado que: -Las hembras que realizan este ritual, son aproximadas por machos en celo un promedio de 4 veces por hora. -Las hembras que no dan señales de vida inginal, son aproximadas por machos alrededor de 1 vez cada 2 horas. Paso 4 Encararla. Acercarse físicamente. Este paso suele ser dado por el macho. Al principio se observa como ambos cuerpos describen una posición de "v", sin enfrentarse del todo. Dejando espacio para huir despavoridamente. Paso 5 El contacto físico. Generalmente es la mujer quién toca primero. Si el primer contacto es rechazado, todo se hecha a perder. Paso 6 Sincronización de Movimientos: Ambos cuerpos, ya plenamente enfrentados, se sincronizan. Cuándo uno bebe, el otro bebe al mismo tiempo. Cuándo uno se arregla el pelo el otro lo imita. Cuándo uno se acerca el otro se acerca, etc. Paso 7 Beso. Signo internacional de la atracción. Paso 8 Sexo. No necesitan un manual de instrucciones para eso, ¿no?. Así que ya saben (que es lo que hicieron mal todos estos años, marmotas). A refinar técnicas, que ninguno se está poniendo más flaco o más lindoooooo!!!

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Según ese informe son las mujeres las que inician el ritual. Pavada de detalle, cuando según el mito los que andarían siempre en un celo insoportable “serían” los hombres. Faltó aclarar –siguiendo con el estilo cuasibiologicista del documental berreta- si las hembras lanzan al aire feromonas eróticas para comunicar su estado receptivo. También faltó agregar alguna comparación ridícula entre los bailes en los boliches y las danzas sexuales del pájaro chortupijo de Sulawesi. Lo curioso es como la postura del observador determina y modifica las conclusiones. Así, en lugar de ser el varón quien busca ser notado por la mujer, es esta quien –en consecuencia- empieza con los toqueteos de pelo y algunos otros lugares claves. Sería la que despliega el plumero. La que muestra la manzanita, bah. Etcétera. Bueno, hay mucho, mucho más para decir, pero concluyamos que jugar al zoólogo con los humanos tropieza con la imposibilidad de la universalidad, y eso ya invalida la pretensión. Notar la fuerte e inevitable contaminación del propio observador. Pero como vende.
De todos modos me sorprendería que alguien no supiera de qué se trata ese jueguito como para admirarse del descubrimiento. Bueno, al menos en el occidente libre.
Yo estoy a favor de una técnica menos compleja: quién sale de joda que lleve un carnet en la solapa que diga que está disponible y dependiendo de para qué el color: una noche, amante, pareja, casamiento… todo junto. Y punto, a dejarse de histeriqueo durante largas horas. Ah, y por supuesto: las lesbianas –y gays- con alguna seña diferencial, no sea cuestión que invertir en unas tetas que están pensadas para la pastelería.

The sexual rite fairy

Andriu dijo...

Estimado Sexual Rite Fairy,
Si tu propuesta de zanjar el histeriqueo con name tags tipo McDonald`s o carnets, como los llamas, tuviese forma de documento, yo serìa el primero en firmar.

Ojo que los nazis hacìan lo mismo con los prisioneros de los campos de concentraciòn. Los hacìan llevar un distintivo para diferenciar a los gitanos de los presos polìticos de los gays de los judìos. Lo ùnico que recuerdo es que la insignia gay era rosa.

...mmm...

Abrazo,

Anónimo dijo...

Bueno, hablaba de una adhesión voluntaria en una situación eventual y por propio interés y beneficio. Incómodo tal vez para quienes estén de trampa, salvo que el carnet diga: ESTOY PIRATEANDO, SE RUEGA DISCRECIÓN.
Claro que otro problema es que pocas minas se atreverían a ponerse “sólo una noche” ya que sería la trola del grupo y eso quita puntaje, aunque ella lo buscara se haría la difícil poniéndose en cambio “casamiento” o “amistad y luego vemos”, aun estando erizada como una loba aullante. Y un tipo difícilmente se pusiese –a su vez- “casamiento” por temor a ser visto como un patético fracasado que pide misericordia e inspira pena. O sea que de hacerlo sería justamente el tipo que no sería elegido por la histérica que se entarjetó como “casamiento”. El consuelo es que los sinceros la pasarían bárbaro.
En fin, la realidad es que el amor es un juego en el que a la mayoría le gusta jugar sin mostrar todas las cartas. Las cartas se descubren cuando ya entraste a jugar.

The love game fairy

Andriu dijo...

Por ahí lo que podemos hacer es:
1) Designar un lugar (léase pub o boliche y/o antro) para jugar a este "mercado de carne".
2) Poner un detector de metales en la entrada (viste como están de moda las medidas antiterroristas).
3) Inmediatamente después, un detector de mentiras. Los patovas te hacen 3 o 4 preguntas estratégicas y en base a eso, te asignan la tarjeta que corresponda, en base a la que vos pidas.

Quiero retruco!

Anónimo dijo...

Estoy de acuerdo con el punto uno, pero para evitar desastrosas interpretaciones, el boliche debería tener un cartel que aclare: “Prohibido cobrar por la carne”, o más fino: “Aquí, lo que se ofrece no se cobra”. Sino habría personas –no sólo señoritas- que luego de robar el corazón de incautos te podrían salir con un “sólo en dólares o su equivalente”.

En el punto dos yo pondría detector de pelucas, dentaduras postizas, siliconas (1), bombachas dobles o rellenas, corcets, consoladores, medias rellenas, lentes de contacto de color y todo artilugio que se pretenda o pueda llegar a pretenderse como propio. Bueno, detector… palpador. Y si no te gusta andate a tu casa a que te palpe Manuela. (2)

Sobre el punto tres los patovas deberían ser horribles y –por lo del oso- usar una bolsa de papel con agujeritos en la cabeza. Sino se quedarían con las mejores minas, dejando el descarte y el exceso para la gilada. O mejor aún, poner patovas femeninas que causan muy poco entusiasmo y difícilmente les roben a las féminas los mejores varones. El detector de mentiras está bien, pero el problema es que el que lo maneja te tome bronca y te encuentres con el carnet con una leyenda que dice “depravado sexual zoofílico y con fuertes tendencias hacia la paidofilia”. Y andá a discutirle a la “ciencia” del “detector de mentiras”. Y si lo hacés enojar aún más te encaja un “viudo/a negro/a” y te quema completamente.

The take it as it is fairy

(1) Las siliconas pueden franquear para algunos ya que pasan por propias. El problema es que los varones no tienen una equivalencia probada y segura allí, justo allí. Y eso los pone en desventaja. En todo caso que pasen, con una aclaración fluorescente en el carnet que diga “esto no vino de fábrica”. El pudor les daría humildad ante los candidatos.
(2) Ciertos fanáticos abogan por detectores de celulitis, estrías y tamaños masculinos diminutos, pero si sos tan perfecto/a que carajo hacés en ese boliche. Andá a repartir autógrafos por la calle, andá.

Andriu dijo...

Puede ser que sea tan complicado poder jugar a la seducción con reglas claras y parejas entre hombres y mujeres?

TO BE CONTINUED...