El sábado pasado se hizo la muestra de fin de año de Artetra, el taller de caprintería y tallado del que soy alumno freelance desde el 2003. En estas muestras, los alumnos exponen sus trabajos del año, mientras el resto mira, en un ambiente ameno aunque caluroso, rodeado de sanguhces de miga, gaseosas que empiezan siendo de primera marca y terminan siendo Córdoba o peores y algúna que otra visión fugaz de una botella de tinto.
El taller a pleno.
El autor con una de sus creaciones.
Un triángulo de cedro flanqueado por su creador, Walter y el autor.
La pieza más linda de esta año, (cuyo nombre no recuerdo), en madera, vidrio y metal, de la mano de su creadora: Viole.
Charly, Viole, Franca y... ...y... ...y...
Mis viejos con SU silla.
Puchu, puchu y Marina.
El sábado pasado se hizo la muestra de fin de año de Artetra, el taller de caprintería y tallado del que soy alumno freelance desde el 2003. En estas muestras, los alumnos exponen sus trabajos del año, mientras el resto mira, en un ambiente ameno aunque caluroso, rodeado de sanguhces de miga, gaseosas que empiezan siendo de primera marca y terminan siendo Córdoba o peores y algúna que otra visión fugaz de una botella de tinto.
El autor con una de sus creaciones.
Un triángulo de cedro flanqueado por su creador, Walter y el autor.
La pieza más linda de esta año, (cuyo nombre no recuerdo), en madera, vidrio y metal, de la mano de su creadora: Viole.
Charly, Viole, Franca y... ...y... ...y...
Mis viejos con SU silla.
Puchu, puchu y Marina. 
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