15 agosto 2006

NI MUY MUY NI TAN TAN

¿Cómo se hace para no tomar partido teniendo gente querida en zona de conflicto? Soy un convencido de que la muerte de un civil afgano, de un civil irakí, de un civil yankee o de un civil argentino, de un católico, de un judío o de un musulmán es igual de trágica. La muerte no discrimina y creo que nosotros tampoco deberíamos. Creo que es muy difícil tomar bandos en la guerra Israel-Hezbollah (que no considero que sea Israel-Líbano). Creo que hay foul-play de ambos lados. También creo que es inevitable caer en una discusión tipo ¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?, si se aborda este tema. Personalmente, la discusión se termina cuándo hay gente querida en zona de conflicto. Ese va a ser mi bando. No por mérito o nacionalidad, por vínculo. En este caso, ese bando es Israel, como mis fieles lectores saben. Un costado trágico de este conflicto, que me parece muy arraigado a los conflictos del Oriente Medio desde que tengo uso de razón, es la manipulación de los medios para ganar la batalla de la opinión pública. Me parece inadmisible de un diario de la talla de The Washington Post.
Levántate y anda!: El Lázaro moderno.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No, Andriu, no. Se trata del famoso rigor mortis. El cadáver queda rígido en aquella posición en la que falleció, por un determinado tiempo. Dudo que tuviesen tiempo de arreglar con la funeraria para que "estire" al muerto para la foto.

Por otro lado concuerdo con vos respecto a que toda muerte es lamentable. Aunque los terroristas no estén de acuerdo, ya que ellos no sólo buscan producir el mayor número de muertes -civiles y de los otros- sino que festejan cuando lo logran.

Este conflicto significó una derrota polítia y táctica para Israel, más allá de las apariencias sobre el terreno. A Israel jamás le sirvieron los empates. Por ende habrá más novedades, sólo hay que esperar...

The rigor mortis fairy