24 julio 2005

DESARRAIGO

Primero que nada vendí tantas pertenencias como pude. Y después estuve vagando por la tierra como el protagonista de Kung Fu, aunque eso es otra historia. Esta historia es acerca de las diferentes etapas de desarraigo que experimenté en los último 9 meses.
  • Viví en albergues (adentro y fuera de Argentina).
  • Dormí en lo de amigos en otros continentes.
  • Cambié casa y comida por sexo, amor eterno (?) y mantenimiento básico de un hogar.
  • Viví en carpa.
  • Dormí en la casa de amigos de amigos (que míos en realidad no eran nada).
  • Viví en lo de una prima (Flor en Caracas).

...y seguro me olvido de alguna.

Disclaimer: Todo esto lo experimenté por elección propia, de la cuál no me arrepiento (cabe aclarar), pero eso no quita que haya tenido momentos duros.

Aterricé el 15 de mayo en Buenos Aires y desde entonces estoy viviendo con mis viejos. Hace ya un mes que no estoy durmiendo más en su casa, ya que duermo con Brad en un depto. que es de mi vieja, pero que no tiene gas, luz o muebles.

Esto es tan duro como lo fue soportar los diferentes bouquets nocturnos al compartir un cuarto de albergue con otros 20 monos en Polonia.

Así que bueno, como ven, soy toda una autoridad en el tema del desarraigo.

¿A qué viene esto? se preguntarán.

Fácil. A que estoy FELIZ...

FELIZ

Ayer me empecé a mudar a lo que va a ser mi hogar por los próximos 24 meses tal como dice el contrato que voy a firmar esta semana.

El sutíl arte de recopilar las pocas pertenencias que me quedan y acomodarlas como se me da la reverenda gana me llena de felicidad. Sin tener ningún dueño mirando por sobre mi hombro para decirme que justo ahí no se puede apoyar eso que cargo.

La libertad de...:

  • Pasear en pelotas por el living.
  • Tomar el desayuno a las 5 de la tarde... y no solo el desayuno.
  • Tallar, cepillar y/o taladrar madera dónde y cuándo se me cante.
  • Decidir si quiero estirar la cama o no.
  • Escuchar música al nivel que quiera y cuándo quiera.
  • Tener la ventana abierta inclusive cuándo afuera hacen 3°.

...me llena. Es justo lo que quiero. Me viene bárbaro. Es el antídoto perfecto para todo ese desarraigo que había elegido.

Los dejo con una anécdota: Ayer tuve mi primera invitada. Me llamó al celular desde la calle para putearme porque le había dado mal la altura de mi casa: 2658. Salí a encontrarme con ella aceptando mi error ya que apenas conozco mi casa nueva. Resultó que ella necesita una brújula y rápido, porque la dirección que le había dado era la correcta, pero por motivos difíciles de explicar ella estaba esperándome en la vereda de enfrente y a 30 metros de mi puerta... Cri, cri, cri...

Si hablan con ella, va a tratar de opacar su desorientación tratando de hacerles creer que soy un mal anfitrión por no haberle ofrecido nada para tomar. Cuándo, en realidad, le ofrecí un Terma muy dudoso que había dejado el inquilino anterior.

Justo en ese entonces, fui feliz... y por un momento todo tuvo sentido. Estaba jugando al anfitrión. Al rey del castillo. Y ella acusaba estar mal de amores. Tener un segundo dormitorio para extenderle a ella (y a todos Uds. lectores) un refugio en tiempos duros, difíciles o solo lluviosos fue la mejor sensación del mundo.

Así que los espero para la maratón de festejos que empiezan el 1° de Agosto en mi nuevo bulo. Gracias a todos los que me albergaron los últimos 9 meses. Voy a estar feliz de devolverles el favor.

Un gran abrazo!

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