24 febrero 2006
PELUCHA: LA HISTORIA DESCONOCIDA #8
"La Pelucha" fue un terreno de 44 hectáreas en Zárate, comprado en 1910 por mi bisabuelo Juan Angel Andrés Briano y su esposa, María Mercedes Gutiérrez alias Pelucha.
Con el tiempo, el terreno fue loteado y heredado por 6 (de los 7) hijos de ese matrimonio: Margarita Carolina (alias La Negra), Roberto Felipe (mi abuelo), Héctor Angel, Juan Marcos (alias Jony), María Mercedes (alias Beba) y Maria Ercilia (alias Mary).
Décadas después, los terrenos que no fueron vendidos, volvieron a ser subdivididos y heredados por la siguiente generación.
Esta es una recopilación de anécdotas de las 4 generaciones de Brianos (de sangre y políticos) que supieron crecer en nuestra tierra.
Hoy presentamos...
"NN" por Juanal Briano (jabriano@speedy.com.ar)
Protagonista principal: Marta Lerena
Supporting actors: Charlie, Fernan, yo, y algún otro
más que no me acuerdo.
No hacía mucho que los Lerena habían vuelto de Europa. Ya disfrutaban sus
incursiones a La Pelucha. Tanto es así que se habían comprado unos caballos
para usarlos los fines de semana y en las vacaciones.
Una vez, el caballo de Marta (no recuerdo su nombre) se contagió de sarna.
Era verano y hacía mucho calor. El caballo estaba a la miseria. A Marta no
se le ocurrió mejor idea que espolvorear a todo el caballo con Gamexane para
exterminar a los ácaros de la sarna. Esta idea, que ahora suena ridícula, en
su momento a nadie le pareció descabellada (yo incluído). El pobre caballo,
lo primero que hizo fue lamerse hasta donde llegaba con su cuello para
aliviarse de la picazón, esta vez no por culpa de la sarna, sino por culpa
del Gamexane. De manera que el caballo terminó totalmente intoxicado, no
sólo a través de la piel, sino también por la ingestión del producto. Lo
primero que hicimos fue manguerear al caballo con agua fresca para lavarle
el Gamexane que él mismo no pudo tragarse. Después, introdujimos la manguera
en su boca para re-hidratarlo. Y el caballo estuvo varios minutos con la
manguera en la boca, bebiendo desesperadamente el líquido elemento.
Lamentablemente, no recuerdo si finalmente el caballo murió o se salvó.
Habría que preguntarle a Marta, quizás se acuerde. (Le pregunté a Marta en más de una ocasión, pero nunca me respondió)
Lo que sí recuerdo es el olor a Gamexane que quedó en el ambiente de La
Pelucha por muchos días.
MORALEJA: LUCHEMOS CONTRA LA AUTOMEDICACION
VETERINARIA
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