Después de un día de laburo en la cabina más calurosa de todo Brasil, volví al hotel de noche con la misión de sacarme el pantalón, ponerme la malla y bajar a la pile del hotel. Eso hice, exactamente. Me sorprendió gratamente que mi amigo local, Claude, siguiera en el mismo lugar a la misma hora cenando bananas. La última vez que estuve acá (octubre del 2009) fue cuándo lo conocí. Les dejo una fotos de él.
1 comentario:
je.. sabia que en NAI te chupaban la sangre.. pero seguirte hasta la pileta?????
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