30 noviembre 2005
PASANDO PAL FONDO QUE HAY LUGAR
29 noviembre 2005
DE MARTES PASIÓN -capítulo 2-
Sabía perfectamente que puerta ir a golpear para conseguir información acerca de esta doctora: la de Félix. Él me recomendó la clínica, ¡ahora que se haga cargo! Desde que lo conozco a Félix, unas cuantas mujeres desfilaron por mi vida; sin embargo, la conclusión a la que llegamos al juntarnos es que nunca salimos de a 4*. Panchos de por medio, esto es lo que averigué:
- Se llama Celina (él tuvo que recurrir al teléfono porque es terrible con los nombres).
- Solo trabaja en la clínica los martes.
- Sí, tiene novio, aunque no haya "contrato de por vida".
- No se recibió todavía, y el martes (siguiente) se toma día de estudio.
El martes no la fui a ver porque no iba a estar.
CONTINUARÁ... *Y de hecho, ahora que lo pienso, nunca lo vamos a hacer tampoco. ¡Ahora saldríamos de a 5!
28 noviembre 2005
PARADERO
25 noviembre 2005
AHONDANDO
En el post "ET" del 23 de noviembre, Andriu dijo:
"Odio generalizar, pero el argentino promedio obedece a los siguientes criterios: -Compra cualquier cosa que lleve la firma de Tinelli o de Susana "ballena" Giménez. -Si le mostrás que se mandó una cagada, en vez de reconocer su error, se enoja y te insulta. -Se cuelan en las colas (valga la redundancia). -Creen que las reglas solo se aplican al resto. -Están convencidos que los semáforos son opcionales. -Dicen “habría” en lugar de “hubiera”. -Hacen cosas en la calle que no hacen en sus casas. Insisto, odio generalizar, pero este parece ser el común denominador."
Me gustaría ahondar en este tema, pero no solo por la sensación alienante de no pertenecer, sino con la idea de dar el puntapié inicial a un estudio pseudo-sociológico de nuestra querida cultura.
Ahora yo me pregunto, ¿cuál sería la antítesis -el némesis, si me permiten- de este bicho autóctono?
Creo que es solo una la cualidad que un digno exponente debe cumplir:
- Que sea respetuoso del resto.
Claro que esta cualidad tiene 659 acepciones:
- Que tire la basura en el tacho (tanto dentro como fuera de su casa)
- Que no tenga miedo de usar los "buenosdías", los "porfavores", los "perdones" y los "gracias".
- Que sea lo suficientemente adulto como para reconocer cuándo se equivoca y cuándo no sabe de un tema.
- Que maneje dentro de su carril y respete las reglas de tránsito y el sentido común.
- Que no te lleve puesto al caminar por la calle o te trate de sacar un ojo con las puntas del paraguas.
- Que sea puntual.
- Que sea suficientemente adulto para reconocer quién es responsable y a quién NO hay que gritarle.
- Que respete a la gente que llegó antes que uno y que haga una fila de manera civilizada.
- Que ceda el asiento a nenes, embarazadas y ancianos en el transporte público.
- Que no busque reírse de la desgracia ajena (esto incluye fomentar productos del calibre de Tinelli).
- Que tenga paciencia.
- Que bajo ninguna circunstancia trate mal al resto.
- ...y otras 647 acepciones que no vbale la pena enumerar, porque ya entendieron el mensaje.
Me parece piola (aunque solo en el contexto de este blog) bautizar a estos dos archienemigos que compiten diariamente por el control de la city porteña. Uno es, sin duda, un superhéroe y el otro, indefectiblemente, un supervillano. Esta fábula moral no es objetiva, ya que el autor pertenece al grupo de los "buenos", pero no dejemos que eso nos arruine la experiencia por el momento.
Estaba pensando que los supervillanos podrían ser los Volframios, mientras que los superhéroes podrían ser los...
¿Me ayudan?